Rutina y aburrimiento no siempre van de la mano aunque de manera habitual empleemos ambas palabras casi como sinónimos. Tener unos hábitos constantes, unas rutinas, unas maneras de llevar nuestra vida, no implica algo negativo, a menos que lo vivamos de ese modo, y de que sigamos un orden o unas actividades o quehaceres que nos saturen y nos aburran.
Para algunos tener una rutina de ir los domingos al cine puede ser algo positivo, y para otros (“otra vez lo mismo”, “no pensamos nada nuevo”) todo lo contrario. El «siempre lo mismo» a algunas personas les da seguridad, les aporta confort, y a otras les genera aburrimiento, apatía, y en algunos casos la necesidad de dar por finalizada una relación que quizá todavía tenga mucho recorrido.
Esto nos lleva a las malas rutinas en pareja, cuando todo es igual, cada día es igual al anterior, y una de las partes (o ambas) está insatisfecha. Pese al aburrimiento, el cansancio o la insatisfacción, muchas personas deciden callar, vivirlo de manera negativa en silencio, hacia dentro, y no decir absolutamente nada. O incluso quejarse a menudo sin intentar ningún cambio. La rutina ahí queda enquistada y nos cuesta horrores salir de ella, nos excusamos en la falta de tiempo, de dinero, por la edad…Y no es más que eso, excusas para instalarnos en la queja o la insatisfacción, porque lo que realmente difícil no es vivir así sino decidirse a cambiar.
Algunas claves para evitar estancarnos en los mismos hábitos:
- Prueba a ser espontáneo. ¿Qué hacemos? No lo sé, cojamos el coche y lleguemos a cualquier lugar, porque lo importante es la compañía y el camino, no el destino.
- Un día decides tú, otro yo. ¿Cansado de tirar siempre del carro porque sino no se hace nada distinto? Pues reparto de responsabilidad y arreglado. Eso os ayudará a tratar de esforzaros un poco más por encontrar un plan agradable.
- Cosas que descartaba y que quizá ahora me puedan gustar. No has ido al teatro en años, o nunca, porque era algo que no te llamaba la atención. Dale una nueva oportunidad. Transcurrido el tiempo seguimos haciendo cosas (o no haciéndolas) por costumbre, más que por argumentos.
- Las relaciones sexuales pueden ayudarnos a salir de la rutina. Posturas nuevas, lencería, lugares distintos, un ambiente creado…
- Mucha comunicación activa (mirando a los ojos, escuchando con sinceridad) para buscar puntos de encuentro, deseos en común.
- Tiempo en pareja pero también tiempo individual. Cuando hemos ido a tomar un café con un amigo, o a dar un paseo solo, llegamos a casa con otra energía, otro ánimo, con cosas que contar.
- Estar en casa no es el fin del mundo. Parece que sólo salimos de nuestra rutina si hacemos algo distinto pero fuera casa y no es cierto. Te puedes organizar una cena romántica con una vela, preparando algo especial, poniendo música o luz tenue…un sinfín de posibilidades te aguardan en casa si eres creativo.
Y recuerda:
- La edad no importa. Tengas 20, 40, 60 años puedes sentirte atrapado en la rutina y de la misma manera puedes salir de ella. No tengas prejuicios al respecto.
- El dinero no importa. ¿Reduce las posibilidades? sí. Y sin embargo existen mil y un planes que hacer con bajo presupuesto o incluso completamente gratis, sólo hay que acentuar más la creatividad.
- El tiempo no importa. No es necesario hacer cada día algo distinto. Cuando se dispone de poco tiempo hay que priorizar y quizá ser aún más planificadores o creativos.
No hay nada que no se pueda cambiar en pareja si hay comunicación positiva, acuerdos, y ganas de trabajar por la relación.