Hablemos de la etapa perinatal, ¿sabes a qué nos referimos al mencionar este periodo? Se trata del periodo comprendido entre el inicio del embarazo y los primeros 12 meses tras el parto. Es imprescindible plantearnos cuáles pueden ser los efectos que tiene este periodo en la salud mental de la mujer porque, en primer lugar, puede ser una potente fuente de estrés y, en segundo lugar, es frecuente la detección de otras problemáticas como la ansiedad y la depresión.
De hecho, la investigación sugiere que la depresión es una de las complicaciones más comunes de los periodos prenatal y postparto y, por esta razón, se convierte en una de las variables más importantes a incorporar dentro de la evaluación del estado de salud general que presentan las mujeres durante el periodo perinatal.

Aún así, existen múltiples barreras para la búsqueda de tratamiento como, por ejemplo, el estigma asociado a los problemas de salud mental como el trastorno de depresión mayor y, en consecuencia, alrededor del 65% de las mujeres que sufren dicho trastorno durante el embarazo o el puerperio no llegan a ser diagnosticadas.

El hecho de que las mujeres no cuenten con un diagnóstico específico de depresión durante el periodo perinatal puede deberse, además de la existencia de barreras sociales que lo impidan o dificulten, a la presencia de sintomatología compatible a dicho trastorno aunque de forma subclínica (es decir, sin llegar a cumplir los criterios diagnósticos de los manuales de referencia en el ámbito clínico).

Tal y como comentamos en la última entrada del blog en nuestro centro utilizamos las etiquetas diagnósticas sólo cuando es necesario para ayudarte a trascender la etiqueta, a ir más allá. Así, es importante contemplar que tal vez observemos otros síntomas además de la tristeza como, por ejemplo, la sensación de incompetencia, de no creer en tu capacidad como madre, sentimientos de culpa, frustración y labilidad afectiva (un sube y baja de ánimo, como estar en una montaña rusa emocional) o vivir la experiencia como algo abrumador, con fatiga y agotamiento, entre otras manifestaciones psicológicas.

Teniendo en cuenta todo esto, es decir, la elevada frecuencia de problemáticas de salud mental en la etapa perinatal, la baja detección de las mismas y que la depresión perinatal está asociada con un impacto negativo sobre diferentes ámbitos de la vida de la mujer, del hijo o hija y de la familia, es importante que:

  • Como sociedad entendamos la necesidad de cuidar y atender una etapa tan delicada.
  • La persona que atraviesa algunas de estas dificultades sepa que no está sola, que puede pedir ayuda y que es natural sentirse así.
  • Nosotros/as los/as profesionales sigamos investigando y formándonos para detectar y tratar esta sintomatología para que puedas acudir a un profesional formado en la etapa perinatal en caso de necesitarlo.

Artículo escrito por Irene Pérez.