¿Por qué el asunto de las “micro-infidelidades es una soberana chorrada? No puedo empezar el artículo de otro modo, lo siento.
Los expertos en citas o expertos en relaciones o incluso algunos psicólogos (no seré yo quien los ponga en un cesto distinto) han salido a la palestra últimamente hablando de un concepto nuevo llamado micro-infidelidad (micro-cheating). Una pequeña traición, sutil, que hiere al ser amado cuando es descubierta.
En las últimas semanas se habla mucho de ello y ha suscitado posturas encontradas. Mira que nos gusta inventarnos un nuevo síndrome, un nuevo cajón en el que encasillar experiencias.
¿Qué tipo de conductas pueden ser susceptibles de encajar en esa estupenda casilla? Felicitar vía Facebook el cumpleaños a tu ex, flirtear con alguien en un bar, no decir que tienes pareja en un evento en el que conoces a gente nueva, borrar cierto chat de whatsapp, fantasear con alguien concreto, contarle cosas personales a otra persona, quedarte mirando a alguien que pasa por la calle…se me ocurren mil pequeños gestos que ahora muchos consideran que son una línea roja en su relación.
Sea cual sea el tipo de relación que tengas, necesitas trazar unos límites consensuadamente. Necesitas comunicarte, hablar de por qué te hace sentir herido o menospreciado ese comportamiento y necesitas establecer unas reglas del juego. Porque lo que para ti es de cajón, lo que para ti es obvio como signo de respeto hacia tu relación, no tiene porqué ser igual para tu pareja.
¿Qué es normal y qué supone ser micro infiel a tu pareja? Solo vosotros como protagonistas de vuestra historia lo podéis establecer. Que nadie te diga que eso que haces con tranquilidad y respeto es en realidad una manera de engañar a tu compañero.
El problema es que en muchas ocasiones no se habla de este tipo de cuestiones porque nos sentimos incómodos o creemos que estamos siendo muy explícitos, o tenemos miedo de que el otro nos responda que para él o ella es de lo más normal hablar con sus ex o flirtear con otras personas.
Y lo que se oculta tras esta moda de las infidelidades menores pero infidelidades al fin y al cabo es una necesidad y un miedo brutal a no ser el centro de la otra persona. A que su atención no esté absolutamente puesta en nosotros, estemos o no presentes. Que en su mente exista algún recoveco que no inundemos nosotros con nuestra punzante inseguridad y necesidad de ser amados.
Es control de actos y también de pensamientos. No hay margen para la intimidad, que es muy sana. Hay espacios secretos en la vida de toda persona que no deberían ser explorados por nadie que no fuera la propia persona.
¿Recordáis la película Minority Report? Había una policía de los pensamientos. Te detenían antes de que cometieses el crimen porque habías pensado en ello. Quizá algún día inventemos la policía de las infidelidades y con el mero hecho de pensar en otra persona que no sea nuestra pareja, nos detengan. Mientras tanto vivamos felices y libres en los límites de libertad que cada pareja decida, entre los dos, jamás imponiendo, siempre negociando.