Mis ansiadas vacaciones de semana santa tuvieron un giro inesperado cuando me lesioné en mi último día de trabajo. Para desconectar a rato del dolor físico recurrí a sesiones maratonianas de Netflix y comencé y terminé de ver la serie de la que todos hablan: Por 13 razones. Serie basada en el best seller de Jay Asher sobre el bullying y sus consecuencias, en quienes lo sufren, sus familias, los que acosan, los testigos silenciosos.
Aquí mi amiga y compañera Cati Fiol seguro que tiene muchísimo más que decir porque está muy formada en la materia. De todos modos creo que es una serie que todo adolescente debería ver (o leer el libro, claro). Y no solamente adolescente, padres, comunidad educativa.
La adolescencia es un periodo de por sí intenso. Todo es blanco o negro. La vida es genial o una mierda. No hay término medio. Y las vivencias intensas pueden convertirse en dramáticas cuando se sufre bullying.
Todos somos responsables. No sólo el que golpea, con sus manos o sus palabras. Aquel que propicia un entorno de silencio. Aquel que ríe por no recibir el golpe esta vez. El que escucha en silencio y mira para otro lado. El que cree que “son cosas de niños”, que “siempre han existido estas cosas y sólo te hacen más fuerte”. El que cree que “no es para tanto”. El que se conforma con un “bien” triste y pálido ante la pregunta “¿cómo te ha ido el día?”. El que mira el móvil o habla con un compañero en lugar de observar detenidamente qué sucede en el patio. El que no pregunta o está atento a las señales porque cree que la adolescencia es así. El que cree que grabar con el móvil el sufrimiento de otra persona es una chorrada porque los golpes no los da él.
Nadie toma medidas extremas por una palabra desagradable, por un empujón. Es una suma de muchas cosas de las que debemos empezar a responsabilizarnos para dar un paso adelante y no permitir que el acoso sea algo natural, frecuente en la época escolar.
En consulta he visto los estragos del bullying, en adultos con autoestimas destruidas, con creencias irracionales sobre cómo son, quienes son. Los que vienen a consulta son esos adultos que sobrevivieron y quieren poner fin a las consecuencias que se eternizan. Otros no llegan a contarlo nunca, lo guardan en cajones profundos de su memoria y no entienden por qué actúan de determinada manera.
Sea como sea, os recomiendo la serie, el libro, y no guardar las cosas en cajones. Pide ayuda, busca ayuda, se tú el que ayude.