Que te dejen sin previo aviso o que lo hagan negando la realidad dificulta muchísimo el proceso de duelo. Porque añadido al dolor de la pérdida se suma la angustia de no entender nada, de estar perdido/a en las dudas, en el repasar continuo de las últimas conversaciones, buscando una pista para entender lo sucedido.
Al otro lado tenemos una persona que, entre otras posibilidades, puede que se haya marchado así por no enfrentar de cara las consecuencias de su decisión, el dolor causado, el enfado, el malestar. Como los niños pequeños, «fuera de la vista, fuera de la mente», si no lo veo no existe.
Lo que no sabemos cuando nos marchamos así, a la francesa, sin decir nada o mintiendo por no hacer más daño, es que hacemos todavía más daño. Que soportar ese mal rato puede servir de mucho a la otra persona.
Te dejo el enlace para ver este pequeño vídeo en youtube en el que reflexiono sobre ello.
Y por si quieres ampliar, aquí te dejo algunos libros que te pueden dar un poco de luz en esos momentos:
Ante el dolor de los demás. Susan Sontag.
La ridícula idea de no volver a verte. Rosa Montero.
How to fix a broken heart. Guy Winch
Espero que te sirva. Un abrazo inmenso