Existe cierto consenso a la hora de hablar del amor, el amor hacia otra persona. Respeto, cariño, confianza y comprensión son algunos de los ingredientes más importantes en una relación, ya sea de pareja, familiar…Pero pocos creemos que esos mismos ingredientes deben componer el amor hacia uno mismo: autoestima.

Niño en un espejo

La autoestima no es mirarse en un espejo y verse guapo ni creerse el mejor. Muchas veces intentando huir de esa soberbia caemos en el error de infravalorarnos o peor, no valorarnos en absoluto. Una baja autoestima forma parte de la base de muchos problemas psicológicos que son simplemente la punta del  iceberg. ¡Cuántas veces en consulta -o fuera de ella- veo personas con problemas de pareja, depresión, ansiedad, en cuyo origen se encuentra, entre otras cuestiones, la llamada falta de autoestima!

Si no me valoro, o creo que todos son mejores que yo, difícilmente puedo establecer relaciones sanas. Si no me respeto difícilmente exigiré que los demás me respeten. Si creo que soy un inútil difícilmente podré hacer frente a determinadas situaciones de la vida cotidiana. Con esto no quiero decir que los problemas psicológicos se deban exclusivamente a una baja autoestima pero sí es cierto que tener una mala imagen de nosotros, de nuestras capacidades, puede paralizarnos, convertirnos en nuestro peor enemigo.

La autoestima comienza a formarse en la infancia, un periodo crítico es la adolescencia, donde se consolida. Nuestras vivencias, nuestra relación con los demás, serán piezas fundamentales en su construcción. Sin embargo, siendo ya adultos, podemos darnos cuenta de las carencias que tenemos en este aspecto y tratar de mejorarla no sólo para evitar problemas futuros sino para sentirnos más plenos.

Existen cursos, libros de autoayuda, que pueden ser de utilidad para potenciar lo que ya tenemos, pero si en nuestro caso la autoestima es muy baja estos métodos pueden ser insuficientes y nada mejor que acudir a un profesional de la materia.

¿Cómo saber si mi autoestima es baja? Hazte las siguientes preguntas:

  • ¿Crees que prácticamente todo el mundo es mejor que tú?
  • Si tienes pareja, ¿crees que es demasiado bueno/a para ti?¿crees que podría fijarse en otra persona porque valen más que tú?
  • ¿Te cuesta decir «no» cuando alguien te pide un favor, quieras o no hacerlo?
  • Cuando discutes con alguien, ¿terminas casi siempre dudando si tienes razón?
  • ¿Te preocupa mucho lo que los demás piensan de ti y, de hecho,  les das más valor que lo que tú mismo piensas?
  • ¿Te sientes culpable cada vez que discutes con alguien?
  • ¿Hay pocas cosas que te gusten de ti mismo/a?
  • ¿Te cuesta tomar decisiones?

Si la mayoría de tus respuestas son afirmativas probablemente tu autoestima sea baja, pero SIEMPRE tienes la opción de darle la vuelta, de cambiar esa situación, de mejorar y crecer, no importa la edad que tengas o tus experiencias pasadas, cualquier persona puede, con buenas herramientas, potenciar su autoestima.