Hoy te traigo un artículo totalmente práctico para que sepas si tu comunicación es limpia y efectiva o si, por el contrario, en tus relaciones, no solo de pareja sino personales,
te comunicas con la crítica y el reproches
Existe una enorme diferencia entre la queja y la crítica. Veamos un ejemplo:
- No salimos tanto como me gustaría.
- Es que nunca me llevas a ningún sitio.
- Por favor, cierra el tubo de pasta después de usarlo.
- Te dejas siempre el baño hecho un asco.
Lo primero son quejas, simples, concisas, que expresan algo concreto.
Lo segundo son críticas, hacia la propia persona. Además suele estar cargado de nuncas y siempres, de esos absolutos que no dan magen al cambio a la otra persona.
No quiero decir que expresando quejas siempre vayamos a conseguir nuestros objetivos. Pero te aseguro que con las críticas mucho menos. Porque provocan en la otra persona un rechazo, una tensión, que llevan a la confrontación dura (con justificaciones, con el “y tú más”) o a la evitación absoluta (me has herido, me meto en mi cascarón).
Si te ves identificada en la imagen de quien critica y reprocha o ves en esa imagen a tu pareja, aquí te dejo un par de trucos.
- Cambio en la manera de expresarse. Practica escribiendo ejemplos de cosas que has dicho en el pasado o te han dicho, para ver la diferencia entre una cosa y la otra. Si tienes dudas, puedes leer este otro artículo.
- Validación. A veces expresamos las cosas de una manera muy emocional que va escalando si vemos que la otra persona no nos toma en serio, o minimiza nuestro dolor o le resta importancia a nuestra petición. Dar una respuesta racional a una expresión emocional puede no ser la forma más efectiva de ayudar a nuestra pareja. Decirle algo como “entiendo que te sientas así” o “siento que vayas desbordada/o” y luego ya insertas la frase racional que pensabas decir al principio.
Hay personas que dicen haber intentado estas pautas pero que no sirven. Claro, si dices “siento que vayas desbordada, pero te lo buscas tú solita haciendo esto y lo otro”…pues la verdad es que se resta todo valor a la primera frase.
Creo que hay personas que se analizan en exceso en busca de sus errores, y personas que no lo hacen en absoluto. Así que a los rumiadores les pido que sean más neutrales y a los que aceptan fallo alguno les pido más autocrítica. Encontremos un término medio entre ser el culpable de todos los males y sacar balones fuera constantemente.
¿Te ves o ves a alguien que conoces reflejado en este artículo? No dudes en compartir.