Estrenan el programa de televisión “¡Cámbiame!” cuya premisa es “te ayuda a mejorar por fuera para que puedas mejorar por dentro”. Y ya, independientemente de las bondades del espacio, lo divertido o emotivo que sea, es dañino. Y lo afirmo con rotundidad y es sólo una opinión, pero una opinión personal y profesional.
No sé por qué aún me indignan estás cosas, pero lo cierto es que lo hacen. Siguen proliferando programas de televisión con una supuesta base de ayuda o trabajo emocional de las personas que participan.
Cuando trabajamos autoestima vemos cómo las personas a través de los cambios que hacen en su interior comienzan a verse mejor por fuera. Ya sea porque tienen más ánimo para arreglarse, o simplemente porque empiezan a valorarse de manera objetiva.
Cada persona es única y por tanto el concepto de belleza es muy relativo. Pero hay ciertos criterios que son comunes y personas que son objetivamente hermosas – si es que existe la objetividad-.
Por mi consulta, como por la de mis compañeros, han pasado mujeres y hombres cuya belleza era incuestionable y que sin embargo eran incapaces de reconocerlo, más bien todo lo contrario. Personas que despreciaban su aspecto en conjunto o que veían partes de sí mismos desagradables.
Una chica me comentaba el otro día que la gente a su alrededor le preguntaba si había perdido peso porque estaba muy guapa. No había perdido ni un solo gramo de grasa pero sí de complejos. Había aprendido a apreciarse con virtudes y defectos, a quererse a sí misma, a respetarse. Y eso había conseguido traspasar la barrera de lo interior a lo exterior y ya se reflejaba en su cara y su cuerpo, sus movimientos, su manera de caminar, de hablar y relacionarse con los demás. Y la gente que la veía pensaba que esa luz que irradiaba ahora se debía a algo tan básico como una dieta.
Todos hemos salido alguna vez de la peluquería sintiéndonos más guapos y mejor, pero esa sensación se desvanece al cabo de unas horas o de unos días, con suerte. El verdadero cambio, el bienestar duradero, procede de los cambios que realizamos en nuestro interior. Cuando ponemos límites a personas que nos hieren, cuando buscamos tiempo para cuidar de nosotros mismos, cuando cambiamos la manera que tenemos de hablarnos, de exigirnos…producimos el verdadero cambio.
Por eso me parece dañino afirmar que mejorar por fuera te mejora por dentro. Porque tiene una parte de verdad y las personas que lo escuchen pensarán que eso es suficiente. Si un traje bonito, maquillaje y peluquería, fueran suficientes para que los seres humanos nos apreciáramos a nosotros mismos, sería tan sencillo…Pero cualquiera que sabe lo que es ver en el espejo a alguien que no reconoce, que le disgusta, sabe que hay mucho más detrás.