Andrej Pejic vuelve a ser noticia. El modelo masculino que desfila para diseñadores de ropa femenina sigue dando que hablar con su nueva campaña publicitaria en la que promociona sujetadores push up para mujeres.
De acuerdo, consiguen crear esa falsa sensación de que es una prenda tan milagrosa que es capaz de resaltar un pecho inexistente. Pero más allá de esto siento que es una nueva tomadura de pelo para la mujer.
A medida que han ido pasando los años hemos visto a las modelos menguando en talla y edad, y la sociedad, con mayores o menores problemas, ha ido asumiendo estos cambios como «evolución» (léase con tono irónico). Porque no nos equivoquemos, la sociedad ha ido muy por detrás de las pasarelas. La mujer real y sus medidas reales, han distado siempre de las que se veían en publicidad, en moda. Aunque esa distancia nunca ha sido tan abismal como en los últimos años.
En consulta, los que nos dedicamos a esto, escuchamos con frecuencia sobre la lucha que mantienen muchas mujeres, de todas las edades, por tener una cintura, o unas caderas, que se asemejan más a las de una niña o, por qué no decirlo, a las de un varón. Desean aquello a lo que se han visto expuestas, a esas siluetas que hoy más que nunca no son femeninas. Porque hemos llegado al punto de vestir a un hombre de mujer y decirle al mundo «Oiga, pero si no se nota la diferencia!». Y ahí es donde llegamos al fondo de la cuestión, que ya no notamos la diferencia entre el cuerpo de una modelo y de un modelo vestido de mujer, porque sus curvas son las mismas.
Y que no se tome esto como un desprecio al colectivo transexual, porque cada uno hace con su cuerpo y con su identidad sexual lo que le parezca y porque cuando naces en un cuerpo equivocado y tu deseo es ser mujer, sueñas con tener pecho, con tener cintura y caderas femeninas. Y a veces, cuando naces mujer y quieres ser mujer, te hacen creer que para ser bella debes tener figura de varón.
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