Si te pregunto cuánto tiempo le dedicas a tu pareja a la semana ¿Qué me dirías? Si te pregunto cuánto la quieres ¿Qué me dirías? ¿Están en consonancia las dos respuestas? ¿O tus actos, acciones, comportamientos van en otra dirección a la de tus sentimientos?

Coherencia. Tan simple y tan difícil de sostener cada día. Te quiero pero te dejo para lo último. Te quiero pero te doy el último hueco de la agenda. Te quiero pero te doy las migajas de la energía que me queda de (intentar) llegar a todo lo demás.

Si no lo planificas, si lo dejas a la suerte, al azar, a la casualidad, al » a ver si se alinean los astros»…es menos probable que suceda. Pasa si lo buscas. Si surge…ay, el si surge es el privilegio de quien tiene pocas obligaciones o quien tiene el subidón del enamoramiento o…de quien tiene miedo a perder a la otra persona. Pero la seguridad de un amor sano, la confianza, siendo algo precioso, a menudo nos llevan a un lugar feo: al de dejar para el final.

Mi propuesta: espontaneidad programada. Nadie quiere poner un hueco en el calendario compartido dedicado, no a la cita con el dentista, no al pago de impuestos, no, a hacer algo concreto con tu pareja. Bueno, quizá la clave es que existan esos tiempos para estar juntos y de ahí ya ser todo lo espontáneo que tus circunstancias vitales (y personales) te permitan. Si no está planificado y te dejas llevar por lo que te apetece, quizá, porque hay confianza con la otra persona, te permitas saltarte ese tiempo de calidad compartido para dedicarlo a más tareas o a evadirte con una pantalla pensando que así recargas pilas. Porque echas de menos a tu pareja, claro, pero te echas más de menos a ti y de tu energía dependerá el resto de responsaibilidades, así que si tienes que arañar algo de tiempo que sea para ti, piensas. Y así, poco, desplazas los tiempos compartidos con tu amor, al que sigues queriendo (por ahora) todavía, aunque no se sabe por cuánto tiempo puede un amor sobrevivir sin nutrir.

¿Qué puedes hacer entonces? Ser espontánea, espontáneo, pero ¡»planificadamente«! En esos huecos de agenda puedes pasar tiempo en persona, haciendo alguna actividad que obligatoriamente os permita al menos miraros a los ojos (no vale mirar una serie juntos, que nos conocemos!), pero también puede ser un huequito en la agenda que te recuerde hacer algo por la otra persona, como ir a comprar algo en particular o escribirle una nota o mandarle un mensaje bonito o un foto erótica. Es decir, un momento de conexión a través del humor, el erotismo, la ternura…lo que te nazca. Porque ahí sí puedes espontáneo porque ya has creado el espacio para ello.

En cada tramo del camino de la vida de pareja se necesitan unos recursos, vienen mejor unas habilidades que otras, y es un reto adaptarse y ser flexibles. Parece que nos empeñamos en seguir usando las mismas cosas que funcionaban cuando en realidad entonces nuestra vida era otra. La ceptación de este reto nos permite avanzar en ese camino juntos.

Si quieres saber más, en el blog tienes muchos más artículos para ayudarte a recorrer ese camino.