Los lunes por la mañana son el momento de estrés máximo para mi. Después de la desconexión del fin de semana, de llevar un ritmo distinto, más pausado…llega el lunes y toca ponerse en marcha. Tantas cosas por hacer y  como toda maquinaria que se pone en marcha después de un tiempo «off» cuesta arrancar.

Cuando dejo a los niños en el colegio es temprano y sin embargo han ocurrido ya varias batallas con victorias y derrotas. Hemos reído, seguramente llorado, corrido y holgazaneado.
Atrás quedaron los años de levantarme con el tiempo justo, quitarme las legañas por el camino y llegar justo a tiempo al trabajo. Ahora me levanto la primera y me preparo la última, cuando ya todo está «en orden». Mochilas, desayuno, ropa por aquí, ropa por allá…
Cuando los niños entran en la escuela yo inspiro profundamente y pienso que AHORA comienza mi día, aunque lleve horas en pie haciendo multitarea.
Para hacer la transición del estrés matutino hacia el grupo de meditación, como he dicho, inspiro profundamente. Me coloco los auriculares y me pongo una canción: Hallelujah. Versión Rufus Wainwright. Su melodía me calma al instante pero no hasta el punto de relajarme modo zen, sólo me serena.
La letra, que puede parecer religiosa, no lo es. Y habla de la gloria y de la pena de amar. Yo lo extrapolo a la gloria y a la pena de vivir.
Porque nos han dicho que «el que quiere puede». Que puedes ser feliz sólo con proponértelo. Que la vida es maravillosa. Que la vida trae cosas hermosas para la gente que se lo merece…
Y no es así. La vida puede ser increíble. Increíblemente injusta, increíblemente dura…Tiene luces y tiene sombras. Y eso es lo que la hace tan especial y asombrosa: la capacidad de ser lo que nosotros veamos en ella. No puedo escoger ciertas cosas que me sucederán en el día de hoy: si hay más o menos tráfico, si la gente que me cruzo es más o menos amable conmigo. No todo está bajo mi control. Pero tengo el enorme poder de darle un significado a esas cosas, una atribución, una interpretación, que me ayude a que mi día, mi semana, sea buena.
Y por eso esta canción para mi es transición, es calma. Porque me reconforta y me reconecta con la idea de que comienza mi día. Y podrá ser bueno o malo, y eso no dependerá de mí. Pero yo tendré el poder de permitir que me afecte o no.

¿Te inspira lo mismo a ti esta canción?

https://www.youtube.com/watch?v=PBo-n_17XU0