Las mariposas en el estómago…ay, las mariposas. Si te dura mucho tiempo esa sensación de revolucionarte internamente cada vez que ves a la persona amada…eso es que vuestra relación no ha cambiado de fase.
A veces ocurre que comparamos: nuestra relación actual con relaciones pasadas, nuestra relación actual con las que nuestro entorno tiene. No es una comparación justa.
La primera porque las circunstancias son distintas y la segunda porque no tenemos ni idea de lo que sucede de puertas para dentro de esas relaciones que no vivimos en primera persona.
Los síntomas físicos del enamoramiento desaparecen al cabo de unos meses por un motivo muy simple y en el que tú o tu pareja poco tenéis que ver: la química cerebral.
Las hormonas que segregamos en una primera fase de la relación dan paso a otras hormonas, diferentes, en el siguiente estadio o fase de la relación. Cuando la seguridad vence al miedo o a la incertidumbre.
¿Por qué las relaciones más apasionadas que hayas tenido han sido probablemente con personas tóxicas o con dinámicas tóxicas? Porque no hay fase de seguridad. Porque no puedes bajar la guardia. La oxitocina que te inunda cuando te acurrucas en el sofá con una persona que sabes que te ama no es el mismo neurotransmisor que segregas cuando te preguntas si el otro te quiere, si te desea, si estará con otra persona, si se habrá cansado de ti, si esto va a algún sitio. Eso, amigos, se llama ansiedad. Y la produce la hipervigilancia. Y esta la produce la adrenalina. Y esta la produce todas estas dudas que te he expuesto antes.
¿Cómo vas a segregar adrenalina (como cuando tu vida está en juego) si sabes que la persona amada está ahí, en casa, esperándote, viviendo junto a ti?
Ese es el motivo por el que, por ejemplo, cuando en una relación de largo recorrido uno es infiel a su pareja, el otro lo descubre o se revela el secreto, y de pronto la pareja tienen los mejores encuentro eróticos de sus vidas juntos.
Muchas parejas en consulta me comentan sorprendidos cómo es posible que pese al dolor y lo desgarrador de lo ocurrido sean capaces de estar más activos sexualmente que nunca. Pues el motivo es la adrenalina y todo lo que surge a raíz del miedo a perder la estructura familiar, lo conocido, el amor del otro…Es ansiedad reconvertida en sexualidad.
Las mariposas deben morir para dar paso a otra fauna y flora. No trates de mantenerlas vivas porque su muerte es natural. Y si te empeñas en ello al final irás a buscarlas en otro cuerpo, en otra persona, para sentirlas de nuevo. Ya sea como una vida oculta o dejando abiertamente a tu pareja.
Si lo deseas puedes apreciar cada una de las fases del amor e introducir novedades en diferentes momentos para revitalizar las cosas, para sentirte vivo.
¿Qué opinas de este artículo? ¿Te han dejado alguna vez porque ya no sentían esas mariposas? ¿Lo has hecho tú? ¿Crees que es más sencillo encontrarlas en otras personas en lugar de trabajar para apreciar lo que ya se tiene? ¡Cuéntame lo que opinas sobre esas mariposas y el amor!